Con sus numerosos yacimientos arqueológicos, museos, fortalezas y fortificaciones, edificios religiosos y señoriales, Menorca es un destino ideal para los amantes del arte, de la historia y de la arquitectura.
Menorca alberga un museo sobre la prehistoria menorquina al aire libre gracias a los numerosos yacimientos arqueológicos, la mayoría en buen estado de conservación, que encontramos repartidos por toda la isla y que pueden visitarse.
Es por ello que Menorca ha presentado en febrero de 2021 su candidatura para que estos monumentos prehistóricos sean considerados Patrimonio Mundial por la UNESCO.
La isla atesora más de 1.500 yacimientos prehistóricos que abarcan un periodo de dos mil años y que convierten a Menorca en el lugar con mayor densidad del mundo de estos yacimientos.
Se trata de yacimientos singulares que solo están presentes en Menorca y Mallorca, y algunos de ellos son exclusivos de la isla de Menorca.
Por su posición estratégica en medio del Mediterráneo, Menorca durante su historia siempre fue objeto de invasiones y cuenta con numerosas fortificaciones, alguna de ellas construidas durante la época de la dominación británica.
En todo el litoral de la isla hay torres de defensa que fueron construidas para controlar la costa. Hay dos tipos de torres: las que se usaban como puesto de vigilancia y las que tenían como función repeler cualquier invasión, sirviendo asimismo de cuartel a un pequeño destacamento y dando cabida al armamento necesario, incluidos cañones, para participar activamente en la defensa.
En Menorca se pueden visitar numerosas iglesias y palacios señoriales de gran valor histórico, arquitectónico y artístico, y en sus diferentes museos se puede conocer todo sobre la historia, la cultura, el arte, los oficios tradicionales, la naturaleza y la diversidad geológica de la isla.
Además, Menorca cuenta con un patrimonio etnológico de gran riqueza y en la isla se conservan todavía oficios artesanales tradicionales.