Cuando los franceses les arrebataron la isla a los británicos, consideraron que por parte de ellos fue un error reunir todas sus defensas única y exclusivamente en torno al puerto de Maó. Para que no les pasara lo mismo a ellos, decidieron dedicar muchos esfuerzos a reformar el perímetro de la isla. Es por ello que mejoraron todos los caminos que pasaban junto a la costa, lo que permitía a los soldados llegar a pie o a caballo hasta cualquier cala y playa de la isla. De este modo, pusieron las bases de lo que hoy se conoce como Camí de Cavalls, un sendero que circunvala la isla de Menorca al completo.