Fue en el 1629 cuando se bendijo la primera piedra de este conjunto arquitectónico dedicado a Sant Diego y formado básicamente por la iglesia y el claustro. Este convento albergó un grupo de monjes franciscanos que se establecieron en Alaior para responder a las necesidades de la creciente comunidad cristina del pueblo. Su trabajo se desarrolló en este sentido hasta 1835 año en que la desamortización del convento convirtió el claustro primero en cuartel militar y luego en viviendas populares.
Desde 1993, el conocido popularmente "Pati de sa Lluna" fue declarado Bien de Interés Cultural. Con este primer reconocimiento y la compra del inmueble por parte de la Administración pública comienza su reconversión en espacio cultural y social.