Ferreries, es un pueblo que no basta con ver, hay que vivirlo. Es una forma de ser, de convivir y de entender la vida. Pasear por su casco antiguo, con sus estrechas calles, es viajar al Menorca de antaño, lleno de tradición y encanto. De gran actividad cultural , con una oferta grastronómica con la menorquinidad de bandera y destacando por su elaboración de porductos sin gluten.
Sin embargo, Ferreries es, sobre todo, un sinónimo de naturaleza. Con el 98% de su territorio protegido, invita a explorar sus barrancos y paisajes únicos, así como a disfrutar de sus tranquilas playas de aguas turquesas y cristalinas.