Es uno de los poblados talayóticos más monumentales de la isla y es conocido por la singularidad de uno de sus talayots. Se trata de uno de los pocos talayots con cámara interna y en su interior conserva el envigado de madera de acebuche original.
El poblado lo componen dos talayots, ocho casas talayóticas y siete construcciones con elementos similares a los recintos de taula, aunque no se conserva la estructura completa.
Por el material encontrado en el poblado se sabe que estuvo habitado hasta época islámica (siglos X-XIII).