Situada, al igual que Es Mercadal, en la carretera que une Mahón con Ciudadela, Ferreries se inserta en la falda de Sant Telm, en las estribaciones del monte de S’ Enclusa, ocupando una elevada hondonada.
Precisamente, el rasgo que mejor distingue este municipio con el resto de la isla es su relieve que, marcado por la presencia de numerosas montañas con los correspondientes barrancos y torrentes, contrasta con la uniformidad de la isla. Pues, en este municipio, a excepción de Monte Toro que se encuentra en Es Mercadal, están ubicadas las montañas más altas, como S’Enclusa (276m), seguida de la serralada de la Marina de sa Serra, que enlaza por poniente con la tercera montaña más alta de la isla, Santa Àgueda (264m).
El origen de Ferreries parece que se remonta al año 1301, en el que el rey de Mallorca, Jaime III, fundó la parroquia de Sant Bartomeu en un terreno comunal. El desarrollo de la población, dependiente en un principio de la fortaleza de Santa Águeda y posteriormente de Es Mercadal, fue muy lento.
El casco antiguo de Ferreries, formado por un entramado de callejuelas de gran encanto, bien merece una visita, especialmente la zona alta, que se extiende en las inmediaciones de la iglesia de Sant Bartomeu. El templo fue construido en el siglo XVIII sobre una iglesia anterior y es el edificio más sobresaliente de la villa.
Otras citas interesantes son el Centro de Geología de Menorca y el Museo Binissuès; buenos lugares para conocer los principales atractivos de la Menorca natural.
Ferreries, población medio agrícola y medio industrial, es conocida internacionalmente por sus fábricas de calzado, que combinan la elaboración artesanal con la calidad y estilo de cada momento.
En las inmediaciones de la población nos encontramos con sus playas de agua turquesa: Cala Galdana y Cala Mitjana en el sur y la Cala Els Alocs en el norte.
Finalmente, advertir que entre las especialidades de la cocina de Ferreries, reclama un lugar de privilegio la perdiz con col.