Alaior es un encantador pueblecito blanco de interior situado en la zona central de Menorca. Se construyó alrededor de una colina coronada por la iglesia de Santa Eulàlia, que hacía las veces de refugio para la población en caso de ataque. Pasear por la villa medieval de Alaior es como viajar en el tiempo, las callejuelas son sinuosas y empinadas escondiendo numerosas sorpresas arquitectónicas, rincones que vale la pena no perderse.
Tradicionalmente, Alaior ha sido el epicentro de la producción de queso menorquín y cuenta con queserías artesanas de reconocido prestigio y destacando tambíen en la fabricación de calzado.