Ciutadella destaca por su carácter regio y mediterráneo. La piedra es testigo silencioso de su legado, vistiendo las señoriales fachadas de los palacios, adoquinando las calles medievales y esculpiendo las gárgolas de la majestuosa Catedral de Santa Maria, símbolo del importante pasado eclesiástico de la ciudad. Estas piedras cuentan historias de nobles feudales, gremios medievales y ataques piratas, mientras que hoy en día se entrelazan con pequeños comercios, encantadoras terrazas en pintorescas plazas y una variada oferta gastronómica en su acogedor puerto.