Es una iglesia del Siglo XVIII de estilo neoclásico. Su construcción se inició en 1695 en el espacio donde antes ocupaba la capilla del siglo XIV que Jaime II dedicó al apóstol San Bartolomé. El edificio actual se caracteriza por el arcaísmo propio de las iglesias rurales. Es de nave única con forma de cruz, cubierta con bóbeda de cañón seguido y ocho capillas a sus lados. El portal tiene forma de arco de medio punto, con puerta rectangular y una escultura que reprensta al apóstol y patrón del pueblo.