Construida entre 1777 y 1805, al tiempo que se edificaba el nuevo pueblo. De la antigua iglesia que había en el Arrabal de San Felipe se conserva la fuente bautismal, el Lindum crucis de plata y el retablo de la capilla dedicado a San Pedro (hoy al Santo Cristo resucitado).
La mayor singularidad que presenta es su ubicación, situada en el extremo de la población. La planta es de cruz latina con nave única y con cinco capillas laterales intercomunicadas por arcadas que atraviesan los contrafuertes, fachada principal de estilo neoclásico. La fachada lateral muestra los contrafuertes que sobresalen por encima de las capillas laterales. En 1805, con la construcción del campanario, se da por terminada la iglesia.