Situado en la bocana del puerto de Mahón, el Castillo de San Felipe se levantó a mediados del siglo XVI, siguiendo la traza del ingeniero italiano Juan Bautista Calvi. Durante las sucesivas dominaciones británicas el castillo fue ampliándose hasta que, en 1782, tras el asedio español se consiguió la rendición y España recuperó la soberanía por el Tratado de Amiens, ordenando Carlos III la demolición del Castillo.
Aún quedan restos en su superficie, sin embargo, lo impresionante de esta visita se encuentra bajo tierra: varios niveles de galerías subterráneas realizadas por españoles e ingleses en sus distintas ocupaciones.
El castillo es el testigo de casi dos siglos y medio de agitada historia. El visitante contemplará el verdadero esfuerzo humano realizado en los siglos XVI, XVII y XVIII, un extenso laberinto de galerías subterráneas donde estuvieron tres mil ingleses, soldados y civiles, bajo tierra durante seis meses, en la conquista española de 1782.