Este sistema de extracción de agua es característico de Menorca y no se encuentra en las demás islas del archipiélago. Surgió como respuesta a las nuevas parcelaciones que comenzaron a proliferar a partir del siglo XVIII. Desde entonces, estos pozos se instalaron cerca de las casas y caminos para abastecer de agua tanto a los regadíos como a los habitantes de la zona.
El agua se extrae mediante un ingenioso mecanismo que combina dos poleas. La cuerda se enrolla y desenrolla horizontalmente sobre una rueda o torno exterior, que es accionado por la fuerza de un animal atado a una baga, moviéndose en círculos para impulsar el sistema.